La mediana evasión es una aventura de Raúl “El Lula” realizada con InformATE y publicada en 2002, dentro del marco de la de ESDAcomp.
Primero, un poco de historia
Hay aventureros que empezaron su relación con las aventuras y/o con Tolkien a través de la mítica aventura El hobbit. En mi caso no fue así. No recuerdo cual fue mi primera aventura, quizá Don Quijote, quizá Megacorp… en todo caso, supongo que conocería las aventuras algunos años antes que a Tolkien. No recuerdo exactamente cuando descubrí El Señor de los Anillos, pero calculo que sería en 7º o 8º de EGB cuando, tras algunos meses leyendo una pequeñísima reseña en la revista del Círculo de Lectores, me decidí a pedirles a mis padres que me compraran ese desconocido libro de 1100 páginas. Era cuestión de fe, ya que la reseña en cuestión era algo así: “El pequeño hobbit Frodo debe destruir un anillo mágico fuente de desgracias y males, antes que las fuerzas de la oscuridad se hagan con él”. Bueno, no lo recuerdo mucho, pero sí que era así de corta o más. Las más de 1000 páginas me echaban para atrás, pero cuando finalmente me decidí, no podéis ni imaginar (bueno, algunos sí porque viviríais algo parecido) lo que fue para mí sumergirme en el mundo de Tolkien y la Tierra Media. Parecía que era algo que siempre hubiera estado ahí para que lo descubriera. No recuerdo como viví los grandes momentos culminantes del libro aquella primera vez: ni la muerte de Gandalf en Moria, ni la batalla del Abismo de Helm, ni tan siquiera la destrucción del Anillo… pero sí cuando leí por primera vez la llegada de los Rohirrim a Minas Tirith… un sábado que pasé todo el día en pijama y leí y leí. Creo que pocas cosas podrán superar esa primera lectura de El Señor de los Anillos, y eso que la mitad de las referencias ni las entendería (recordad que yo no había leído El hobbit).
En aquella época, antes de las películas, conocer a Tolkien y su obra nos hacía, en cierto modo, sentirnos “especiales”. Nadie en mi casa quiso leer el libro, y yo no conocía a nadie que lo hubiera hecho hasta que convencí a algún amigo para que lo hiciera. Supongo que esto con el tiempo nos haría pedantes y por eso no podemos para de repetir “eso en el libro no es así” cuando vemos las pelis.
Quizá no tenga nada que ver, o quizá sí, pero puede que la afición a la lectura condicionase también nuestra forma de jugar con el Spectrum, y favoreciese que nos gustaran las aventuras de texto sobre los arcades… o al menos que no las rechazáramos de plano como hacían otros jugadores. No puedo ni imaginar que supondría para alguien que ya conociera a Tolkien encontrarse ante una aventura como El hobbit, y poder, aún con todas sus limitaciones, recorrer y vivir aventuras en la Tierra Media en primera persona.
Esa relación entre Tolkien en particular y la fantasía heroica en general y las aventuras conversacionales sería ampliamente reproducida en la aventura española, si bien no tanto en la producción comercial, sí en las aventuras homebrew creadas con PAWS, hasta llegar casi a un punto de saturación. Sin embargo, con la llegada del nuevo siglo, y la evolución del género, quizá las aventuras de “espada y brujería” quedaron algo arrinconadas…
Sin embargo, el estreno en 2001 de la adaptación cinematográfica de El Señor de los Anillos supuso el acercamiento del mundo de Tolkien al gran público. Hoy todo el mundo sabe quién es Gandalf, e incluso, durante algunos años, repetir “Mi tesssoro” era algo habitual ante diversas situaciones.
Al calor de este “redescubrimiento” de la Tierra Media se celebró en el CAAD el concurso ESDAComp, la competición de El Señor de los Anillos, y en este contexto salió publicada La mediana evasión, basada en el capítulo 9 de El Hobbit, titulado en español Barriles de contrabando y que empieza así:
“El día que siguió a la batalla con las arañas, Bilbo y los enanos hicieron un último y desesperado esfuerzo por encontrar un camino de salida antes de morir de hambre y sed. Se incorporaron y fueron tambaleándose hacia el sitio en que corría el sendero, según decían ocho de los trece; pero nunca descubrieron si habían acertado. Un día como todos los del bosque se desvanecía una vez más en una noche negra, cuando las luces de muchas antorchas aparecieron de súbito todo alrededor, como cientos de estrellas rojas. Los Elfos del Bosque se acercaron cantando, armados con arcos y lanzas, y dieron el alto a los enanos.”
La historia es conocida. Los elfos del Bosque Negro capturan al resto de la Compañía de Thorin, con excepción de Bilbo “que se puso rápido el anillo y se deslizó a un lado”. Los enanos son conducidos ante el rey elfo (Thranduil, padre de Legolas, pero sin nombre en este relato) que, al no recibir respuesta acerca de los motivos de los enanos para entrar en su reino, los encarcela. Sin embargo, Bilbo, que había conseguido entrar en las estancias élficas, amparado por la invisibilidad que le confería el anillo consiguió: “por fin, luego de una o dos semanas de esta vida furtiva, observando y siguiendo a los guardias y aprovechando todas las oportunidades […] descubrir dónde estaban encerrados los enanos.”
Así pues, esta es la historia que La mediana evasión nos propone, o, al menos, una parte de esta historia: conseguir escapar de las cavernas de los elfos del Bosque Negro y rescatar a nuestros compañeros enanos.
Primeras impresiones
Quizá no haría falta decirlo, pero La mediana evasión es una aventura de solo texto, con el aspecto típico de las aventuras de máquina Z creadas con InformATE. Al menos usando Gargoyle, la pantalla muestra por defecto un fondo blanco y letras azules. En una primera impresión la combinación no parece muy acertada, y aunque sabemos que estos parámetros pueden ser cambiados por el usuario, en mi caso no lo he hecho, y he llegado a acostumbrarme y no sufrirlo.
No es el momento ni el lugar para reabrir el clásico debate de gráficos sí / gráficos no, pero desde luego la impresión visual de estas aventuras de máquina Z no es, a simple vista la más atrayente, incluso en comparación con aventuras de máquina “inferiores” como pueden ser máquinas de 8 bits.
Si prestamos atención al texto, la aventura presenta unos textos introductorios que nos ayudan a ponernos en situación. Desde luego, no es la prosa de Tolkien, pero tampoco desentona en el ambiente en que se mueve la aventura, y es que aún con sus descripciones escuetas, sin pretensiones literarias, la aventura logra “meterte en el papel”.
El desarrollo
Como Bilbo, nos encontramos solos en el Bosque Negro, después de que los elfos hayan capturado a nuestros compañeros enanos. No nos será difícil encontrar las puertas del hogar de los elfos, y conseguir entrar. La aventura en sí transcurrirá en las cavernas de los elfos, donde será condición indispensable que llevemos puesto el anillo para que los elfos no se percaten de nuestra presencia.
La aventura presente un mapeado medio, con bastantes localidades de paso, pero lógico. No resultará difícil orientarse, aún si no hemos dibujado un mapa, y poco a poco, ir captando cuales son los lugares clave en el desarrollo: las mazmorras donde están presos los enanos, la gatera que nos permitirá movernos sin ser vistos, el almacén desde el cual los elfos lanzan los barriles vacíos para devolverlos a las gentes del Lago Largo…
En mi opinión la aventura está bien ambientada y casa muy bien con el tono y el desarrollo del libro de Tolkien. No diría que es una aventura infantil, ni simpática, como tampoco lo diría del libro, pero desde luego, difiere del tono quizá grave de El Señor de los Anillos y mucho del grandilocuente de El Silmarillion. Podremos vislumbrar de primera mano esa “cara b” de los elfos, caracterizada por sus sirvientes: los encargados del almacén, los encargados de fregar los platos… Incluso podemos ser testigos de algún incidente / guiño aventurero si estamos atentos.
Nuestra misión principal (y única) será rescatar a los enanos y conseguir huir. Hay que destacar que podemos incluso huir no habiendo rescatado a todos los enanos, o incluso sin rescatar a ninguno, pero ese será un final no satisfactorio. El número de enanos se ve reducido a cinco en la aventura: Thorin, Balin, Kili, Gloin y Bifur, respecto a los doce enanos del libro. Esto, como veremos, además de preservar la salud del programador, también preservará nuestra salud a la larga, ya que para terminar la aventura hay que realizar una serie de acciones repetitivas por cada uno de los enanos, que hubiera sido casi imposible de realizar sobre doce enanos.
Este aspecto, el de las acciones repetitivas, es quizá uno de los puntos flojos de la aventura. El último puzzle, meter a los enanos en los barriles sin que los elfos se enteren, es demasiado repetitivo y se hace pesado, incluso para solo cinco enanos.
Los enanos son para echarles de comer aparte. Raúl, el autor, confiesa en una entrevista a Urbatain que los enanos le “habían venido grandes”. La verdad es que personalmente no he tratado de forzarlos, limitándome a guiarles e intentar conseguir que escaparan. En todo caso, lograr que unos suban encima de otros, dirigirlos de uno en uno o en grupo, etc., nos recuerda inevitablemente a El hobbit, y supongo que ese era uno de los objetivos del autor.
Claro que manejar incluso a solo cinco PSIs móviles e intentar realizar acciones complejas con ellos, provoca algunos bugs, como si le decimos a un enano que suba sobre sí mismo, cosa que hace… ¡para desaparecer finalmente!
Se debatió en los comentarios de la aventura de si algunas de las acciones, son o no son propias de un personaje como Bilbo, como por ejemplo la posibilidad de deshacerte del guardián elfo de forma altamente violenta… pero incluso para esta acción hay una solución alternativa. Otras cuestiones sobre si llevando el anillo puesto y llevando una vela encendida los elfos deberían ser capaces de “vernos” o no, ya entran en un terreno especulativo muy freak.
Hay en la aventura también algunos objetos para los que no he encontrado utilidad. Quizá el autor pensó algunos puzles o situaciones que finalmente no llevó a cabo… Quizá se le acabó el tiempo para presentar la aventura al concurso y estos objetos quedaron como red herrings.
En todo caso, al final resulta una aventura agradable, bien ambientada, con algunos momentos emocionantes y muy recomendable si eres aficionado a Tolkien. Puede que mereciera una revisión por parte del autor para quedar redonda, pero aun así es una gran pequeña aventura, sobre todo teniendo en cuenta que era la primera aventura publicada por el autor.
Por cierto, Raúl “El lula” publicaría cuatro años después Remakorp, remake de Megacorp, y que se convertiría en una de mis aventuras preferidas de todos los tiempos y a la postre en ganadora de otro recordado concurso: la Retrocomp 2006.
Como no menos recordado es esta ESDAComp, del ya lejano 2002. Vale la pena recordar las aventuras presentadas: El anillo regente de Baltasar el Arquero; Sombras de Moria, del Aventuraro KRAC; La Torre de Cirith Ungol, de Jarel; la mencionada La mediana evasión de Raúl “El Lula”; Misterio en el Último Hogar de Kano y Kambre, es decir Alien Soft y Moria de Dhan.
Como veis “lo más granadito” de la aventura hispana de principios de siglo. Misterio en el Último Hogar acaparó premios (aventura más original, aventura con mejor literatura, aventura más interactiva y mejor aventura). Solo Moria consiguió romper la hegemonía de la aventura de Alien Soft con el premio a la aventura “más Tolkien”.
La mediana evasión, sin embargo, consiguió quedar en segundo lugar en la valoración general, demostrando el encanto y el buen sabor de boca que esta pequeña aventura consigue transmitirnos.
Visitar la web del concurso, en web.archive.org, es una aventura en sí y es un placer leer los comentarios de los jugadores… en una época hasta donde el mismísimo Uto jugaba aventuras ;^)
No descarto re-visitar alguna de las otras aventuras de este concurso, siempre me quedó una espinita clavada con Misterio en el Último Hogar… y ¿Quién no recuerda la lucha contra el Kraken en las puestas de Moria?
Tanto que jugar… y tan poco tiempo.
«Y allá fueron por fin, lentamente al principio, hasta que dejaron atrás el cabo rocoso, donde otros elfos esperaban para apartarlos con pértigas, y luego más y más rápido cuando entraron en la corriente principal, y navegaron y fueron alejándose, aguas abajo, hacia el Lago.
Habían escapado de las mazmorras del rey y habían atravesado el bosque, pero si vivos o muertos, todavía estaba por verse.»
Algunos enlaces interesantes:
Descarga desde la web del CAAD
La entrada sobre La mediana evasión en WikiCAAD
La entrada sobre Raúl “El Lula” en WikiCAAD
Entrevista de a Raúl “El Lula” por Urbatain en SPAC
La entrada sobre la ESDAComp en WikiCAAD y la web del concurso conservada en web.archive.org
Hilo en el foro del CAAD sobre La mediana evasión y solución por dddddd
Los textos extraídos de El hobbit corresponden a la edición de 1990 de la editorial Minotauro.
La imagen que ilustra esta entrada pertenece a la adaptación al cómic de El hobbit por Charles Dixon y David Wenzel y publicada por Norma Editorial en tres volumenes en 1991.
Comentarios
Gracias por el comentario. Me he sentido muy identificado con la historia de cómo conociste a Tolkien. La verdad es que yo tuve el libro de la película de Bakshi, con fotos y textos cortos. Pero mi verdadero descubrimiento de la obra de Tolkien llegó también a través de ese tomazo de tapas rosadas y con la ilustración de la torre de Saruman del Círculo de lectores. Y fue de esas cosas que te marcan.
El juego no lo he jugado, pero parece una propuesta interesante. Lástima que no haya habido continuidad entre quienes creaban aventuras hace 20 años y ahora. Parece que es un hobby en constrante relevo creativo. ¿Dónde andará su autor ahora?
Yo también conocí a Tolkien a través de ese libro de Círculo de Lectores que leí y releí, mientras en la biblioteca hacíamos competiciones de estudio en la que nos daban puntos para conseguir ejércitos (mi preferido los olifantes) y sostener batallas tipo Risk entre nosotros. Me maravilló el mapa de la Comarca y aún más el de la Tierra Media que iba siguiendo a medida que avanzaba la trama.
Antes de las películas actuales, hubo una en dibujos animados que te dejaba con ganas de más.
Hablando de los juegos, jugué al Hobbit, el Señor de los anillos, el Boggit otro par acerca de Tolkien, pero nunca me gustaron mucho.
¡Qué tiempos aquellos!
Un saludo.