“El Paciente 106” es una aventura conversacional programada por Raúl Simarro (Artaburu) y con gráficos de José Ignacio Ramos (KendroocK), aparecida bajo los sellos ESP Soft y CEZ Adventures en 2007, para los ordenadores de la gama Amstrad CPC disco.
Primero, un poco de historia
Siempre he sido de Spectrum. Eso me permitió acceder al PAWS, que en España solo se publicó para ese ordenador, y, a través del CAAD, a la ingente producción amateur de aventuras que el PAWS propició para Spectrum (recordemos el proyecto B.A.S.E.: http://base.speccy.org/).
Mi relación con los otros sistemas de 8 bits de la época se limitó a ver algunos de ellos en casa de amigos o primos, y en particular con el Amstrad CPC, a jugar en casa de un vecino con su Amstrad CPC 464 con monitor de fósforo verde. Como he comentado algunas veces, ese monitor de fósforo verde impidió, en cierta forma, que fuera consciente de las capacidades de la máquina de Alan Sugar, y que no la considerara muy superior a mi querido Spectrum.
No puedo ni imaginarme lo que pasarían los aventureros “amstradianos” cuando Aventuras AD dejó finalmente de hacer aventuras. Si los poseedores de un Spectrum pudimos, con la producción de la bolsa de aventuras del CAAD y de otros programadores “homebrew” seguir con la afición hasta la aparición de los primeros parsers y aventuras para PC, los pobres poseedores de un Amstrad no tuvieron un PAWS que llevarse a la boca y por tanto no pudieron disfrutar de, por ejemplo, ni de las aventuras ganadoras del concurso de MicroHobby, ni de la producción de Grupo Creators Union, etc., y lo que es más importante, no pudieron desarrollar (al menos con PAWS) su creatividad aventurera con su Amstrad.
Y pasó el tiempo, y llegaron los PC y sus aventuras gráficas, y guardamos los Spectrums y Amstrads en los armarios y trasteros. Y para aquel que siguió con el gusanillo de crear conversacionales llegó SINTAC y CAECHO?, y finalmente Inform, y la máquina Z y Glulx, y los clones “modernos” de PAWS, como Superglús, etc, etc.
Y poco a poco hubo gente que desempolvó sus viejos Spectrum y Amstrad y empezó a jugar, no ya los viejos juegos de la época, sino también a crear nuevos juegos, y “lo retro” se volvió a poner de moda…
He de confesar que cuando se mencionó por los foros del CAAD “El Paciente 106” no me llamó mucho la atención… una aventura solo para Amstrad, en 2007, me pareció algo anecdótico, y creo que ni me molesté en intentar jugarla.
Pero pasaron los años, y el CAAD, como los foros, se marchitaron… mientras la afición por lo retro pareció fortalecerse, la gente acumuló cacharros, se creó hardware moderno que permitió jugar de nuevo con nuestros antiguos ordenadores de forma rápida y cómoda a través de tarjetas SD, se crearon podcast y grupos de Telegram, e incluso se recuperó el DAAD, el viejo parser usado por Aventuras AD…
Y así acabé en un grupo de Telegram llamado @RetroAventuras, dedicado en principio a aglutinar a aquellos interesados en programar con el recién recuperado DAAD, y que evolucionó después a tratar cualquier tema relacionado con las aventuras en sistemas “retro” (o no tanto).
A través de RetroAventuras entré en contacto con el mundillo retro. Recuperé mis Spectrums, y finalmente, dudando entre un Commodore 64 o un Amstrad CPC 464 acabé comprando un Amstrad CPC 6128… el Amstrad había entrado en mi vida. Era junio de 2019.
Como conocí “El Paciente 106”
Y así, con mi flamante 6128 entre manos, empecé a probar aventuras, a ver qué tal se veía en Amstrad. La primera fue “El Jabato” de Aventuras AD. Creo que la segunda fue “La Casa”, también de ESP Soft, que se estrenó por aquellas fechas. Y finalmente le llegó el turno a “El Paciente 106”. He de destacar que en aquel momento no tenía otra forma de jugar con mi 6128 que grabando disquetes de 3,5” desde el PC, y ejecutándolos en una disquetera externa de PC que había conectado al Amstrad. “El Paciente 106” carga las imágenes desde disco, y obliga a cambiar entre disco A (imágenes) y disco B (código), así que mi primera prueba consistió en un intercambio de disquetes (mete la cara B para ejecutar la aventura, la cara A para ver las imágenes, la B de nuevo si quieres grabar o volver a comenzar…). Ahora, finalmente ya la he podido disfrutar y terminar en una Gotek.
Primeras impresiones
Mis primeras impresiones con la aventura fueron muy buenas. Gráficamente es espectacular, todas las localidades muestras gráficos en modo 1, con unas paleta básica con el negro, el blanco y el rojo. Los gráficos tienen un estilo “de comic”, y son, hasta cierto punto algo infantiles, pero confieren al conjunto una peculiar atmosfera, alejada de los acostumbrados gráficos vectoriales de las aventuras de parser.
Dejando de lado el aspecto visual, en una primera impresión, el parser parecía ser bastante “sordo” y algo desesperante. Algunas veces he leído que el CAAD era “hostil” a las aventuras retro, o a aquellos que se presentaban en los foros con la idea de desarrollar un nuevo parser, pero hay que tener en cuenta que la evolución de la producción aventurera desarrollada desde 1992 ha puesto especial hincapié en mejorar la “sordera” de los parsers, apoyándose en las optimizadas librerías de inicio de parsers como Inform o Superglús, pero también estandarizando ciertos comportamientos o respuestas, que huyen del consabido “No puedes hacer eso”. Es paradigmático que aventuras como las de la serie Van Halen, desarrolladas por Josep Coletas en PAWS, han sabido interiorizar estas prácticas, incluso en los escasos 48Kb de memoria del Spectrum, y pueden codearse sin problemas con producciones de parsers a priori más potentes de forma digna.
Así, la aparición de aventuras “retro” o programadas en sistemas propios, en los foros del CAAD, eran juzgadas, en más de una ocasión, como aventuras difícilmente jugables para un jugador “moderno”, tanto por las propias dificultadas que el parser plantea, como, incluso, por el tipo de puzles, argumentos o calidad literaria. Décadas de evolución de las aventuras conversacionales (y de sus jugadores) hacen que para muchos jugar productos retro, más cercanos en su concepción a los antiguos juegos de AD que a las últimas producciones aparecidas, suponga realizar un importante esfuerzo de adecuación al “medio” y las características del producto.
En resumen, “El Paciente 106”, me ofrecía, en un primer vistazo, una aventura vistosa para un sistema como el Amstrad CPC, pero con un parser al que tendría que acostumbrarme, sí o sí.
Aspectos destacados
Sin duda el aspecto visual y la ambientación. Visualmente es bastante espectacular para un Amstrad CPC. Aún con su paleta limitada, los gráficos bitmap estilo comic se alejan de aquello a lo que estamos acostumbrados en una aventura conversacional. Además, incluyen varios guiños al mundillo retro en general. La ciudad, los personajes, etc., están perfectamente caracterizados, y contribuyen a la ambientación…
Una ambientación a la que también contribuye tanto el texto como el desarrollo. Si bien las descripciones son ciertamente parcas, esa sensación de misterio al principio: ¿quién eres? ¿por qué estás en el hospital? Se va transformando poco a poco en casi una peli de acción (sin pasarse), una historia de corrupción policial y tráfico de drogas. Un tema más adulto, tampoco demasiado visto en aventuras conversacionales (¿recordáis Carvalho?) y desde luego alejado de los típicos tópicos de las “espada y brujería”. Y oiga, aunque a mí me gustan estos últimos, de vez en cuando también apetece un cambio. Desde luego, se nota que es una aventura con vocación “más adulta”, aunque la misma parquedad de las descripciones y el desarrollo no acaben de poder desarrollar la historia del todo.
Cosas mejorables
Sin duda es algo más “durilla” en nuestra relación con el parser que otras aventuras para el mismo sistema, y en especial que las aventuras de AD. La utilización de un parser propio siempre genera este tipo de problema. La descripción de las localidades y los textos de respuesta son muy muy justitos, y si bien en general el conjunto consigue una ambientación notable, se echan en falta un mayor número de respuestas negativas a acciones no correctas, ya que podemos terminar viendo demasiadas veces ese poco afortunado “¿Mande?”.
Sufre, como casi todas las aventuras de texto, de síndrome de palabra exacta en algunos casos. Incluso con la solución en la mano, en algún momento me costó dar con la frase o la combinación de palabras adecuadas para poder realizar una acción. Quien esté libre de pecado que lance la primera piedra, pero una vez más, echo en falta algunas respuestas negativas más elaboradas.
Se ha optado por una relación con los PSI tipo palabras clave, es decir: >decir policía hola, >decir policía quiero mis cosas. Dejando de lado la no utilización de las comillas para enmarcar nuestra frase (una situación que hay que asumir sí o sí), este tipo de conversación siempre presenta el mismo problema: hasta dar con la palabra que hace reaccionar al PSI, la conversación más que con un personaje seudo inteligente parece que sea con un personaje seudo idiota… pero es lo que hay. Quizá la utilización de un comando “Hablar con”, hubiera permitido no tener esta sensación un poco rara cuando no consigues que el personaje te entienda, y profundizar más en la historia… pero esto mismo podría achacarse a todo ese tipo de aventuras que usan palabras clave como resortes de sus conversaciones con los personajes.
La aventura, como muchas otras, se me ha hecho finalmente corta, además, justo en la escena final cuando le damos al tipo la droga y el papel no andaba muy seguro de estar haciéndolo bien, ya que el tío no parecía muy receptivo. Algunos pasajes me han parecido algo forzados, como por ejemplo en la disco cuando nos dejan literalmente entrar hasta la cocina… sin embargo, como he comentado antes, el conjunto final te deja un gran sabor de boca y muy buenas sensaciones.
¿Hubiera podido ser un producto comercial en la época?
Indudablemente sí. Quizá el único problema hubiera sido la falta de versiones. No sé si sería muy complicado pasarla a Spectrum o MSX, pero con todo su principal desventaja en la época comercial hubiera sido el necesitar disco para funcionar, lo que descartaba a la mayoría de usuarios de 464, lo que quizá la haría inviable comercialmente en España. Parece que en Francia sí era más normal que los juegos hicieran uso intensivo de la unidad de disco y que aparecieran juegos solo para estos sistemas. En todo caso, seguro que se publicaron aventuras peores en su conjunto que esta, aunque quizá esté un peldaño por debajo de grandes éxitos de AD como la Original o Cozumel. Por temática hubiera sido un soplo de originalidad… aunque, como el ya mencionado Carvalho, quizá no apta para el público infantil, o sí, los ochenta eran así.
Defínelo en una frase
“Aventura ilustrada de policías corruptos”
Yo, desde luego, una vez “adaptados” y asumidas las limitaciones del parser, la recomiendo.
Página web del juego: http://espsoft.blogspot.com/2015/08/el-paciente-106.html
Ficha en Amstrad.es: https://www.amstrad.es/doku.php?id=juegos:el_paciente_106